22 de enero de 2012

A RITMO DO FADO

Portugal es conocido por su melancolía. Tierra de fados y de poetas, pero también de emprendedores y conquistadores. El imperio portugués fue el primero y el más duradero de todos los imperios coloniales, y la  influencia posterior de numerosos pueblos como los íberos, los celtas o los romanos, ha conformado un crisol de matices que caracterizan a la población lusa. Desde el Cabo de San Vicente hasta Viana do Castelo, las huellas de un pasado multicultural recorren el país y se detienen con mayor incidencia en algunos de sus rincones.
   Lo que más sorprende de Portugal no es el estilo gótico tardío o “manuelino” que caracteriza la arquitectura, ni tampoco la belleza natural de El Algarve o El Alentejo. Lo más llamativo es, sin duda, el comportamiento de su gente. Fuera de las ciudades, las tradiciones y el folclore siguen conservándose a pesar del tiempo o quizás, gracias a él. Prendas tradicionales de color rojo y verde, trajes populares y la peculiar “samarra” (una chaqueta corta de piel), siguen siendo elementos habituales en la vestimenta local. Así como el uso del color negro durante prolongados periodos de tiempo, que determina el luto por la pérdida de un ser querido.
  La hospitalidad de los habitantes queda patente a la hora del almuerzo. El vino verde es el protagonista indiscutible de todas las comidas, mientras que el café, servido en dosis homeopáticas por su intensidad y sabor, anuncia la llegada de la sobremesa. Y es que Portugal, es uno de esos pocos países donde todavía la comida sigue considerándose un ritual.
  El lado cosmopolita tiene nombre propio, Lisboa. Capital, desembocadura del Tajo y centro neurálgico. Representa la renovación del país y al mismo tiempo su idiosincrasia. De tradición marinera y calles repletas de vida, Lisboa es la ciudad que mira al mar con esperanza de claveles.
  De norte a sur y de este a oeste, Portugal es tradicionalmente rica y culturalmente dinámica. Una combinación de pasado y presente que hay que descubrir sin prisas, a ritmo de fado.
 

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