26 de febrero de 2012

Magia helada

Observar la aurora boreal es un momento mágico que te dejará sin palabras. Aunque pueden verse en toda Noruega, los mejores lugares están por encima del Círculo Polar Ártico. El cinturón de auroras boreales entra en el Norte de Noruega por las Islas Lofoten y sigue costa  arriba hacia el Cabo Norte. Esto significa que ningún otro lugar en la tierra ofrece una oportunidad mejor de avistarla y cualquier otro lugar del mundo, pasaría inadvertido en ese momento.
La mejor época para observarlas es entre el equinocio de otoño y el de primavera y su mayor frecuencia se registra entre las seis de la tarde y la una de la madrugada. Pero hay que tener paciencia, porque  si algo caracteriza a la aurora es que es caprichosa e impredecible. Pero cuando llega, el tiempo se para. El frío deja paso a un espectáculo visual único que cubre el cielo de colores helados. Una experiencia maravillosa que se adentra en la memoria y modifica todo lo vivido. Irrepetible.

18 de febrero de 2012

Tras las máscaras venecianas...

En el Siglo XVII, mientras buena parte de Europa intentaba sacudirse el feudalismo medieval, en un rincón del continente, las desigualdades sociales se difuminaban durante unas semanas. Ricos, pobres, aristócratas y plebeyos camuflaban sus identidades tras las máscaras venecianas. Es tiempo de Carnaval.
El Carnaval de Venecia tiene su origen en las fiestas Bacanales y Saturnales del Imperio Romano, donde los excesos eran más que habituales y requerían el uso de antifaces para disfrutar sin miedo a ser reconocidos. De esta forma las máscaras se convirtieron en un elemento democratizador, las clases humildes se sentían en igualdad de condiciones que las más poderosas y éstas, se liberaban durante unos días de las ataduras morales propias de la aristocracia.
La ciudad conforma el marco idóneo para disfrutar de la fiesta. Inspiración de pintores, músicos y escritores, Venecia despierta sobre un archipiélago de más de cien islas, bañadas por el mar Adriático y conectadas entre sí por  400 puentes. La entrada al tráfico rodado sólo está permitida hasta el Piazzale Roma, a partir de aquí, el vaporetto  y sobre todo las góndolas, toman el protagonismo para desplazarse por la ciudad de los canales.
La propia estructura urbana forma parte de la idiosincrasia del Carnaval. Multitud de calles, canales y patios sinuosos conforman un entramado oscuro que provoca la desorientación del visitante. No es difícil imaginarse por sus callejuelas a personajes anónimos encantados con la confusión. Quizás la mejor alternativa para orientarse sea seguir las huellas arquitectónicas de Pietro Lombardo o Sansovino, que nos conducirán a la espectacular Plaza de San Marcos, de quien Napoleón dijo “que era el salón más bonito de Europa”.
El gran canal, alma y corazón de Venecia, alcanza su mayor protagonismo cuando se pone a los pies del Puente de Rialto, por donde Tiziano, Tintoretto o Sebastiano del Piombo, paseaban buscando inspiración  al abrigo del mecenazgo eclesiástico y comercial.
Todos ellos sin duda, se enfundarían durante estas fechas sus máscaras decoradas y se perderían por las calles en busca de evasión y libertad y un poco de picardía.

12 de febrero de 2012

Un mundo de contrastes en menos de 500 km

A pesar de ser uno de los estados más pequeños de Europa, con una superficie de 468 km, Andorra esconde entre su espectacular orografía montañosa, todo un mundo de contrastes.
Es el único país del mundo donde el idioma oficial es el catalán, cuenta con dos jefes de estado a la antigua usanza, uno representa el poder político (el presidente de la República francesa) y el otro el poder religioso (el obispo de Urgell), no pertenece a la UE y tradicionalmente, ha sido el paraíso fiscal de españoles y portugueses.
Pero al margen de cuestionamientos políticos y económicos, Andorra, con un 10% de su territorio considerado patrimonio histórico por la Unesco, es todo voluptuosidad. Desde los Lagos de Tristania hasta la estación de esquí de Vallnord, el paisaje es sorprendente. El  agua glaciar de los lagos ofrece desde los picos nevados diferentes reflejos verdes y azules que asemejan un arco iris invernal, y desde el pico más alto de Ordino, el frío y el silencio personifican la majestuosidad de las montañas.
Su capital, Andorra la Vella, rompe con los cánones establecidos. Es la ciudad más pequeña del Principado y al mismo tiempo, la más poblada (40 de los casi 66 mil habitantes viven allí) y en su superficie conviven los edificios más progresistas con las iglesias románicas más pequeñas. Diferentes estilos, diferentes alturas pero una única tradición.
La ciudad ofrece además una animada vida comercial. La exención de impuestos es el mejor reclamo para los turistas ávidos de adquisiciones a buen precio, aunque hay que recordar que hay unos límites establecidos y sobrepasarlos supone un pago adicional.
Y así, entre valles escarpados y tiendas, entre cascadas y restaurantes, entre naturaleza y consumismo recibe Andorra a sus visitantes. Multitud de contrastes dentro de uno de los países más pequeños del mundo, el joven principado.

4 de febrero de 2012

Piérdete conmigo en Rapa Nui

Hay una isla en medio del pacífico donde durante dos semanas se celebrarán las fiestas más singulares del mundo. Un lugar donde la belleza natural y el exotismo están presentes a partes iguales, donde el reloj se para y el mundo gira en dirección opuesta. Bienvenidos a Rapa Nui.
También conocida como Isla de Pascua, Rapanui, es una isla chilena ubicada en la Polinesia. Con una población que no llega a los seis mil habitantes, este pequeño oasis se ha convertido en uno de los destinos más codiciados por los turistas y no es para menos, ya que como la propia traducción de su nombre indica, Rapa Nui, es “el ombligo del mundo”.
Durante la primera quincena de febrero, los pascuences celebran el tradicional Tapati, un espectáculo cultural donde las competiciones de pintura, danza, cánticos y carreras de troncos bananeros, muestran el lado más folclórico de la población. Todo hecho a la manera de sus antepasados, como si la máquina del tiempo se detuviese aquí todos los años en estas fechas. La tradición convertida en placer efímero.
Pero no sólo de Tapati presume Rapa Nui, la seña de identidad más auténtica de la isla está personificada en los “moais”, unas esculturas que reciben al visitante con expresión impávida y pétrea. Representan a las deidades locales y su construcción sigue siendo a día de hoy, todo un misterio. Los moais, que pueden llegar a alcanzar las 180 toneladas, reposan sobre un pedestal llamado “Ahu”. Aunque está prohibido subir a ellos, en Isla de Pascua todavía recuerdan a un turista finlandés que le rompió un trozo de oreja a una de las esculturas (tampoco él habrá olvidado los 12.000 euros que pagó de multa).
Otra de las maravillas que ofrece la isla es el volcán de Rano Kau, una espectacular caldera, que saluda al mar desde su fondo de basalto. Otros dos volcanes más dominan el territorio en términos de volumen y superficie, aunque en realidad pueden encontrarse diversas erupciones volcánicas por todo el terreno.
Todas estas características convierten a Rapa Nui es un espectáculo visual insólito, aunque sin duda, el mayor atractivo siguen siendo sus playas. Paraíso de aguas cristalinas y acantilados vírgenes que invitan a perder la mirada. El lugar perfecto para sentir cómo el tiempo, se ha quedado enredado en las rocas.