24 de noviembre de 2010

PODER Y SANGRE EN EL DESIERTO

En los últimos post hemos estado desgranando las idas y venidas de nuestros políticos en el ámbito nacional, autonómico y local. Y como no podía ser menos también a nivel internacional existen múltiples casos de obligada mención. Un ejemplo reciente es el del Sahara.
El Sahara Occidental, en el noreste de África, fue colonia española hasta 1975. Ese año la  decadente dictadura de Franco cede ante las apetencias anexionistas  de Marruecos y firma el Acuerdo Tripartito, por el que se reparte el territorio entre Marruecos y Mauritania. El derecho a la autodeterminación saharaui fue conculcado y el Polisario comenzó a combatir contra ambos países. Poco después Mauritania se replegó permitiendo la ocupación marroquí de todo el Sahara. Desde entonces no han cesado los conflictos entre ese territorio y Marruecos, siempre  bajo la atenta mirada de los españoles.
En las últimas semanas hemos asistido a un ataque despiadado del gobierno marroquí que viola todas las normativas internacionales en materia de derechos humanos. La ministra de Exteriores ha explicado cuando se le ha reprochado su pasividad frente a este tema, que lo que allí sucede no es asunto nuestro y va más lejos, ni siquiera como país miembro de las Naciones Unidas, condena los ataques ilegales que está llevando a cabo Marruecos.. 
Pero como no podía ser de otra manera, ese cruce de brazos del gobierno español tiene un trasfondo económico. El Sahara posee uno de los recursos más deseados por España y Marruecos: su banco pesquero. La UE ha firmado acuerdos de pesca con Marruecos en 1988, 1992, 1995, y 2005, en los que, a cambio de prestaciones económicas, la flota europea obtiene permiso para faenar en las aguas bajo soberanía y bajo jurisdicción marroquíes. De estos acuerdos el país más beneficiado  es España. Otro  de los recursos más explotados en el Sahara son los fosfatos, elemento fundamental para la producción de fertilizantes. Actualmente, a través de la sociedad Phosboucráa, participada en un 35% por  España, Marruecos es el primer productor y el tercer exportador mundial de fosfatos3.Además  la cercanía del Sahara a las Islas Canarias y su abundancia de arena, ha provocado que incluso este recurso esté siendo expoliado en la actualidad para nutrir las costas y playas del litoral insular.
  Pero sin duda uno de los recursos más deseados del territorio saharaui son los hidrocarburos. Un trofeo codiciado por numerosas multinacionales energéticas. Ya se sabe que las riquezas petroleras atraen a los buitres más depredadores.
Y así las cosas,  Marruecos no se recata en  declarar que su única aspiración sobre el territorio es una unión histórica y España mientras, se abstiene de  realizar juicios ajenos. Pero una cosa quiero decirles, si el Sahara fuera solamente arenas y camellos, nadie miraría hacia la costa occidental africana.




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