15 de noviembre de 2010

Medios sin voz propia pero con voto bien definido

  El artículo 20 de la CE establece que todos los ciudadanos tienen  derecho a exigir una información  pública veraz, contrastada y plural a través de los medios de comunicación. El periodismo cumple una función esencial dentro de la sociedad. Los medios deben estar al servicio de los ciudadanos, pero todos aquellos que estudiamos esta profesión sabemos que en realidad están al servicio de los intereses públicos y privados. Eso significa que en la práctica, los medios más influyentes del país  están controlados, directa o indirectamente, por los  bancos, las multinacionales y el sector publicitario.
  Hay infinidad de ejemplos que ilustran estas afirmaciones, uno de ellos es el que refleja el Diario Diagonal en uno de sus análisis y que viene a demostrar la manipulación de la población mediante datos falseados por los medios de referencia. Aquí se recogen tres ejemplos que no dejan lugar a dudas:

  Primer acto. Domingo 5 de septiembre. Portada de El País. Publica una encuesta que afirma que sólo un 9% de los españoles tiene decidido participar en la huelga del 29-S. La ficha del sondeo que pronostica esta debacle había sido realizada el primer día después del final de las vacaciones de agosto, con la gente deshaciendo sus maletas.
Segundo acto. Jueves 23 de septiembre. La 1, de TVE, programa 59 segundos. Un panel de comentaristas critica las consecuencias que se prevén: pérdidas económicas y la coacción de los piquetes. Los ‘concursantes’ son el director de una agencia de noticias, el responsable de un periódico gratuito, una periodista catalana a título personal, dos dirigentes de la CEOE y, por el “turno sindical”, el ex secretario general de CC OO, José María Fidalgo, en la actualidad en el Instituto de Empresa Familiar, una de las organizaciones más reaccionarias de la patronal.
Tercer acto. 00:00 horas del día 30. Telemadrid, el canal controlado por el PP de Aguirre, reinicia su programación tras 24 horas de apagón por la huelga. Comienza el informativo de la noche y la presentadora asegura que la protesta ha sido un rotundo fracaso.
  Estos tres ejemplos llevan a Rafael Cid, autor del artículo, a plantearse si la información retransmitida a través de los medios sobre la huelga responde a una libertad de prensa o más bien a una libertad de empresa. En realidad el trasfondo de estas manipulaciones mediáticas responde a un intento no disimulado, de convertir a los medios en agencias de prensa, sin voz  propia pero con un voto bien definido.

 ¿Alguien consigue ver la luz al final de este  túnel?

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