9 de diciembre de 2010

Un lobby llamado SGAE

Estos días hemos conocido a través de las filtraciones de wikileaks que el gobierno socialista cedió a las presiones de EEUU de hacer frente a las descargas ilegales en la red. Ese plan culminó con la aprobación de la polémica Ley Sinde que puso de manifiesto la gran coalición de intereses que se mueve en torno a ese lobby de presión que es la SGAE.
El cable 27536 recoge una conversación entre Mª Teresa Fernández de la Vega y el embajador norteamericano en España que se cierra así: “Dada la cantidad de estrellas de la industria del entretenimiento con una abierta preferencia por el Gobierno socialista es posible que este Gobierno sea especialmente sensible a hacer algo en este sector. Necesitaremos un año o así para ver si esta sensibilidad se traduce en resultados”.
Ese fue el comienzo de la historia. En 2008 una nutrida representación de artistas con repercusión internacional apoyó a José Luís Rodríguez Zapatero en su segunda legislatura a través de manifiestos y comparecencias públicas. Ese apoyo  como suele suceder habitualmente en el mundo de la política no fue gratuito  El peaje que el gobierno debía pagar se canalizó a través de la SGAE.
La SGAE es una organización privada sin ánimo de lucro cuyo funcionamiento  dista mucho de ser transparente. En 2009, el 75% del dinero que recaudó a base de explotar a diversos colectivos se  repartió entre un grupo muy pequeño de autoras y autores: el 1,73%. Casualmente ese porcentaje se corresponde con el selecto grupo de artistas que en su momento apoyó la reelección de Zapatero como presidente. Esa relación de simbiosis con el poder político le otorga a esta organización un poder que  ejerce con actitudes  mafiosas, ya que con frecuencia  se  intentan asfixiar a los movimientos culturales y a los paradigmas de creación que no concuerdan con sus intereses. Un ejemplo de ello es el Software Libre,  las licencias Creative Commons, o el Conocimiento Libre.
  Pero en esta tarea recaudatoria y censora no está sola la SGAE. Además del gobierno español, también la administración Obama participa activamente de este juego. Todas las medidas que supongan una restricción del libre conocimiento son bienvenidas por cualquier gobierno porque les aporta la excusa perfecta para cerrar páginas web molestas o expiar a los internautas. La colaboración de la SGAE y la Asociación de Productores Musicales (Promusicae) con la embajada  norteamericana queda reflejada como lo que es y todo el mundo imagina, una mera delegación comercial de los intereses de otro país. Un negocio transnacional que es estratégico para Washington y del que se beneficia el lobby español.

 Ya se sabe que  aquellos que forman parte del ámbito de la propiedad intelectual son abiertamente hostiles a la libertad del conocimiento. Intereses económicos incluidos, por supuesto.

Cartoon: Flautista de Hamelin 2009 (large) by jrmora tagged sgae,cuentos,flautista,hamelin,ratones

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