30 de octubre de 2010

Los comunistas también comen marisco

 La primavera del año 2008, Antonio Rodrigo Torrijos concejal  de IU en el ayuntamiento de Sevilla, realizó un viaje promocional a la delegación de la capital hispalense en Bruselas. En aquel viaje, Torrijos se fue a comer una mariscada con Fernando Mellet, aprovechando que en la capital belga se estaba celebrando la Feria Europea del Marisco. “Algo de lo más normal” ha explicado Torrijos estos días, a pesar de que  la delegación de Sevilla reservó  un restaurante en Bruselas bastante alejado del recinto expo, para que sus representantes comieran. El coste del ágape, que ronda los 1000 euros no lo pagó el concejal, como se pueden imaginar, sino que fue cargado en la tarjeta visa de la empresa pública de Mercasevilla, esa del escándalo de las facturas falsas. El consejero delegado de Mercasevilla es Alfonso Mir, concejal socialista en el ayuntamiento, acusado hace poco de regentar una caseta de feria que no le correspondía y que ha tenido que devolver, después de haberse estado aprovechando de un “error consistorial” durante más de 22 años. La cosa se enreda, así que Torrijos se defiende atacando. Ha acusado a la derecha (“el tea party sevillano”, según sus propias palabras) y al director de ABC (“el jefe del clan de la mayonesa”) de intentar criminalizarle con una actitud fascista y, ha afirmado que “es lo más normal del mundo que un responsable público tenga estas comidas”. Y es lo más normal del mundo porque esas comidas las pagan los  sevillanos y porque para promocionar turísticamente la ciudad en otras capitales, hay que dejarse miles de euros en dietas y extras de  representantes políticos. Así de claro lo dice el concejal. Los ciudadanos ya saben del derroche que caracteriza el mundo de la política, pero es inaudito que además, los propios aludidos lo incluyan como parte de su trabajo y nos lo muestren a todo color.


http://www.abcdesevilla.es/



1 comentario:

  1. Y yo sigo pensando en la forma de luchar contra esas mariscadas de 1000 euros que ni se preocupan en esconder. ¿Las palabras, el periodismo?

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