12 de febrero de 2012

Un mundo de contrastes en menos de 500 km

A pesar de ser uno de los estados más pequeños de Europa, con una superficie de 468 km, Andorra esconde entre su espectacular orografía montañosa, todo un mundo de contrastes.
Es el único país del mundo donde el idioma oficial es el catalán, cuenta con dos jefes de estado a la antigua usanza, uno representa el poder político (el presidente de la República francesa) y el otro el poder religioso (el obispo de Urgell), no pertenece a la UE y tradicionalmente, ha sido el paraíso fiscal de españoles y portugueses.
Pero al margen de cuestionamientos políticos y económicos, Andorra, con un 10% de su territorio considerado patrimonio histórico por la Unesco, es todo voluptuosidad. Desde los Lagos de Tristania hasta la estación de esquí de Vallnord, el paisaje es sorprendente. El  agua glaciar de los lagos ofrece desde los picos nevados diferentes reflejos verdes y azules que asemejan un arco iris invernal, y desde el pico más alto de Ordino, el frío y el silencio personifican la majestuosidad de las montañas.
Su capital, Andorra la Vella, rompe con los cánones establecidos. Es la ciudad más pequeña del Principado y al mismo tiempo, la más poblada (40 de los casi 66 mil habitantes viven allí) y en su superficie conviven los edificios más progresistas con las iglesias románicas más pequeñas. Diferentes estilos, diferentes alturas pero una única tradición.
La ciudad ofrece además una animada vida comercial. La exención de impuestos es el mejor reclamo para los turistas ávidos de adquisiciones a buen precio, aunque hay que recordar que hay unos límites establecidos y sobrepasarlos supone un pago adicional.
Y así, entre valles escarpados y tiendas, entre cascadas y restaurantes, entre naturaleza y consumismo recibe Andorra a sus visitantes. Multitud de contrastes dentro de uno de los países más pequeños del mundo, el joven principado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario