24 de enero de 2011

LA VERDAD SOBRE LAS PENSIONES

La política económica del gobierno de Margaret Tatcher resumía su pensamiento  en el acrónimo TINA (no hay alternativa, en su traducción del inglés). Así, este gobierno conservador utilizó la crisis como argumento para acometer las políticas más antisociales de la época en Europa. Del mismo modo, el gobierno liberal de el PSOE basa su decisión de rebajar las ya de por sí reducidas pensiones en base al mismo argumento: no hay alternativa. El sistema de seguridad social podría quebrar de mantener los parámetros actuales. Por lo tanto, dicen que es necesario reducir el gasto en pensiones para garantizar su sostenibilidad.
Ambos argumentos –quiebra de la seguridad social, necesidad de reducir el gasto en pensiones- son absolutamente falsos, y únicamente pretenden ocultar la verdadera naturaleza de las reformas: reducir lo público para abrir oportunidades de negocio para los mismos causantes de la crisis sistémica Ni la seguridad social está en riesgo, (valga el dato del superávit actual de 11.000 millones de euros), ni es necesario reducir los costes.
Así, todas las predicciones agoreras que anunciaban la quiebra de la SS han fracasado estrepitosamente, pese a lo cual los aprendices de brujo siguen haciendo nuevos augurios catastrofistas. Sus pronósticos interesados que anunciaban que la menor natalidad y la mayor esperanza de vida provocarían la quiebra de la SS fallaron. Esta campaña contra la Seguridad Social es promovida por la banca (que pretende acaparar para sí el muy lucrativo negocio de los ahorros públicos de la SS), así como por la patronal, que ve en esta medida un modo de reducir las cotizaciones sociales, las cuales son parte del salario diferido de los trabajadores. Por ello, piden la reducción de las pensiones públicas y al aumento de las pensiones privadas, no por necesidad para las personas trabajadoras y pensionistas, ni para el estado, sino sólo para los maltrechos y acaparadores mercados.
De esta manera, el querer hacer trabajar más allá de los 65 años no es algo que se haga para salvaguardar las pensiones. Su idea es reducir las pensiones públicas para que quienes puedan ahorrar se vean en la obligación de entrar en las pensiones privadas y que la banca disponga de ese pastel. No están en juego las pensiones, sino los beneficios de la banca.
 Precisamente, parece que poco importa que la crisis financiera haya dejado en evidencia la debilidad de los sistemas privados de pensiones, al haber tenido que ser rescatados con dinero público y al encadenar sucesivas rentabilidades negativas. Desde 1970 a 2003 ha habido 117 crisis bancarias sistémicas en 93 países y 113 episodios de “stress” financieros en 17 países.
Pero no sólo cae por su propio peso este argumento de quiebra de la seguridad social, sino que además quieren analizar el problema únicamente desde la reducción del gasto, aliándose con la patronal, y sin tomar las medidas estructurales oportunas que nos saquen de la crisis.
Así, uno de los cambios que se han propuesto para reducir el gasto de la Seguridad Social es aumentar el mínimo de años que se utiliza para calcular las bases de cotización de 15 a 20 años. De este modo, según los cálculos de los sindicatos las pensiones se reducirían un 6%. Esta medida afecta principalmente a las mujeres porque tienen menores tiempos de cotización por ser quiénes más entradas y salidas realizan del mercado de trabajo y por tener más contratos parciales. Y especialmente afecta a las trabajadoras que están en el Régimen Especial de los empleados de Hogar, puesto que el 32,5% de las trabajadoras en este régimen está en la franja de quienes han cotizado entre 16 y 20 años.El Gobierno además  va a retrasar la edad de jubilación a los 67 años. Esta medida junto con el aumento de 15 a 20 años de la base de cotización, supondrían una reducción media de las pensiones del 16%. Al mismo tiempo, cierran la puerta de salida del mercado laboral a personas que ya se han ganado el derecho al descanso complicando la entrada al trabajo a los y las jóvenes. Todavía no se sabe cuales serán los cambios concretos, en cualquier caso, el gobierno maneja diferentes cambios todos ellos orientados a reducir las pensiones.
Sin embargo y pese a todas estas medidas hay otras alternativas, claro que estas benefician solo a los trabajadores y eso no es rentable.

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